Amor, dicen...

El prado de Proserpina





Amor dicen,
amar...
Candor dicen,
 sentir...
Ardor para volar 
con un sólo latir...


Agnieszka Lorek


Dos perdidos, al fin hallados, 
dos locos, al fin desahuciados, 
dos proyectos, descalabrados, 
juntos y de la mano...

Mi casa al fin, mi casa está en tus manos, 
mi mundo, entre tus dedos magos,
 y mis sueños son tus sueños
 que desde el primer día me has copiado.

Y tú te miras, en mi alma, 
y yo me miro, en tus manos,
 juntos los dos, un universo
 pequeñito, acogedor, 
y cálido...

Amor dicen,
amar...
Candor dicen,
 sentir...

El loco

Esse Imaginaria





Era un ser extraño...
Su sueño gestaba una cohorte de estrellas candentes, blancas y negras; enormes soles iracundos, diminutas y moribundas doncellas; Todas ellas coreografiaban su danza impredecible y acompasada con la serenata del silencio, esa que la luna, en el escenario de su bóveda infinita, cada noche interpreta.
Era un ser inmenso, casi imperceptible, invisible, inaudible, brillante, con piel de piedra...




Y el mundo pasaba ausente, como móvil escenario a los lados casi sin mirar al cielo, casi sin escuchar la luna, como si fuese una más de sus estrellas...

El mundo presenciaba pues cada noche el funeral de los hombres, que ensimismados y arrastrados sin pensar, por la avalancha de sus inacabables desperdicios se alejan...Y sólo los locos supieron algunos sueños tocar, sólo los desahuciados, los invisibles, los inaudibles, los despreciados.






Ven

El prado de Proserpina


Tengo hambre,
 quiero abrazar todo lo bueno,
 quiero respirar, cantar, 
 bailar quiero como hoja,
 como nube 
y temblorosa agua...


 Dimitry Agreev 

Quiero respirar el cielo, 
tus ojos quiero poseer
y alguna de sus miradas
al suelo. 

Quiero besar una por una 
todas las flores del camino, 
 Quiero nacer y nacer a cada paso, 
hija de los recuerdos bonitos del pasado
 y de las risas que me hilaron el sino...

Ven, viento de piedra
 capaz de trocearme, 
luna nueva, ven... 

Venid sobre mi todos los atardeceres
 y las albas y los jilgueros,
 y los recuerdos todos
 que a pesar de mis olvidos
 aún queráis dormir conmigo.






Al sur del sur II

El prado de Proserpina




Al sur del sur está la luna, 
allí se pierde encaramadita a sus sueños, 
dormidita en su cuna. 



Alexandr Shakhmin

Al sur del sur,
 donde las nieves arden,  
donde viven los sueños, abrazados
 a los soñadores más intrépidos
 que jamás los hubieron soñado. 

Al sur del sur 
se esconden todos los dorados secretos
 que abrir pudieran los cerrojos 
del sinvivir y el llanto...

Y al sur 
es donde los viejos arcos se sueñan,
 policromados y de medio punto
 que todas las leyendas coronaron. 

Al sur del mediodía,
 callada y escondida... 
vuela lento y suave
 la luna encendida. 

 Allí es reina en su reino, 
y pastora de estrellas perdidas,
 amante que tiende su mano
a las durmientes bandidas...


Cenizas

El prado de Proserpina




Y todo sigue su camino, todo…

Siguen indiferentes los sucesos, 
ajenos y ausentes 
de cada uno de los miedos,
 y los extraviados deseos
de la gente.

 Poseer podré mi destino 
ya que dirigir el presente no he podido, 
quizá el mañana yo consiga seducir,
 o pueda el pasado adoptar como a un hijo.

Jaroslaw Datta


E indiferente el mundo rueda y rueda, 
se pasea soberbio por mi ventana blanca,
 sostiene su reloj de arena como lengua grosera
 y amenaza mis ilusiones con su sudario, 
blanco y con la postrera mañana a su vera …

¿Quien te has creído, vida,
 acaso crees que podrás conmigo,
 con mis cenizas? 

Quien te crees para pasar sin mirar 
y sin tocar mi virgen puerta, 
para la luz tamizar 
cuando se acerca a mi ventana
 cada noche, si la luna llena llama, 
y cada mañana si el alba fuera?

¿Quien me crees 
que no salga a buscarte,
 qué piedra, qué mueble,
 qué desgana…?

Si acercárase alguna vez la luna
 a mi casa,
 besaríala yo con mis ojos,
 con mis sueños, 
con mis garras…

Si acercárase el viento lo bebiera,
 la luz,  en ella me prendiera, 
el amor, con él trenzaría mis frutos,
contigo mis ganas…

Un viaje, 
cien caminos,
 una opción, 
 noventa y nueve 
desperdiciadas…

Y volar podré porque volar he podido, 
y fuera del juego me elevaré 
cuando mis alas quebradas
 no levanten más mis pies del camino,
 porque tu recuerdo amansaré 
para que acune mis cenizas con tus cenizas
 en el aire del perfumado olvido.

Gotea el holocausto

El prado de Proserpina




Simulamos flores, pero no lo somos. 
Simulamos tiempo y caricia...
 Simulamos ser una parte de la naturaleza
 tan hermosa como del sol el reflejo,
 e imitamos el alto trino del ave
 y el oscuro bramar del infierno.

Jaroslaw Datta



Busca cada uno su hueco, uno distinto del que amaestrado por otros ya ostenta, una ilusión que engañe al corazón traicionado e incapaz de levantar los castillos que siendo niño había soñado.

Capaz de matar ángeles con el poderoso don de su indiferencia, y de verlos morir lentamente a las puertas de su casa, bien cerrada con mil candados de miedo y excusas huecas…, armados todos de corazones bruñidos de traición que no supieron cumplir su primigenia misión de amor a la paz y de justo miedo a la muda guerra.

¿Qué es del ángel que sólo vuela para discurrir bonitos círculos entre las estrellas? 

¿Qué es del que amputa las alas a los otros ángeles para que no estorben sus piruetas? 

¿Qué del reino de puertas cerradas y ventanas tapiadas como caricias muertas?

Y ahora, viene el llanto del justo inmóvil, del que se queja y del que se ampara en la escasa longitud de sus plumas para alcanzar el otro lado de la puerta.

Y mi propio llanto viene ahora, el más negro, el más perverso, el que ve el holocausto y lo siente, pero se aguanta las ganas de girar la llave y se complace plañiendo palabras huecas.




Oquedad del pensamiento

El prado de Proserpina


Hola, soy un hada. 
Hermosa falsedad, 
oquedad del pensamiento.


Jaroslaw Datta


Soy un hada, -dijo- No me creas. 
Miento, pues no existo. Mas si me ves, si me sueñas, puedo nacer del manojo de la ilusión que en tus sueños me enreda.
 No me mientas, soy un hada, y mentir a la mentira es una incongruencia. 
Dime, amigo, tú que vives en el mundo de las cosas consistentes y serias, dime si me ves o no me ves; dime, tú que sabes del saber, si alguna vez me sueñas...

Cajones ordenados

Esse Imaginaria





Y ya no descansó más su cansancio cansada de esperar su espera.
 Y voló como pajarillo prodigioso, 
como ave primeriza, 
como aliento en la tarde cálida y terca,
 como risa.

Tomó el camino del virgen y blanco horizonte en la mañana, rodeado de dorados y amarillos y violetas... 
Tomó el camino de la palabra infinita, libre a los oídos de cualquiera. 
Se marchó...
Se marchó sin dar un paso, y se quedó  sentada en las cajitas de los corazones que en el mismo circo de siempre la esperan.





Vuelo, caricias falsas,

 vuelo lejos y fuera.

 No soy caballo de feria, 

no encajo en tu roll, 
no me pierdo
 en tal laberinto simple 
que vez a vez engaña al corazón. 
Y vuelo sin el cuerpo alzar, no lo necesito para explorar cada circunvolución de su candor.

Agudos hocicos inclinados sobre la tierra hambrienta, mirando ensimismados el único futuro que con seguridad abrirá sus brazos para cobijar tu tan estrecho y frío rubor.


Vuelo, lejos, 

vuelo cerca, 
y alzo veloz mi alma
 sobre los tejados de los sueños
 que ya nadie sueña,
 en sus ordenados y oscuros 
cajones olvidados...

El enemigo de la creación

El prado de Proserpina



Creación.
¿Crear para mostrar, para adoctrinar, enseñar, mostrarse, convencer, convencerse, descubrir, descubrirse, buscar, encontrar, explorar, emular, recordar, para no olvidar u olvidarse...?

No, crear es frotar las manos vacías y hacer surgir lo que antes no estaba; es embellecer los pensamientos y los sentimientos y ornamentar el vació de los silencios.


En medio del vacío y del caos surge una idea, una palabra, un color que no estaba, algo que complementa, que no estorba, que suma y no resta...

 Y viene entonces un artista más consumado, mucho más consumido, y juzga la idoneidad de la elección, la oportunidad, el tono, el color la densidad, el sentido y el sinsentido y descarnada y juzgada quedan  creación y creador...

Error, inoperancia, tambor de la inconsciencia, deshecho de la creación!!!

Si creas no sufras y goza...
 Crea y crea y hazlo sin parar 
porque el valor del arte reside en tu suma 
y no en quien tan bien ha aprendido
 a restar.

¿Para qué, señor, para qué crear y crear? 

Pues puede que para disfrutar, no para ser, no para mejorar, no para parecer ni para ganar. El ejercicio del verdadero artista es tan sólo crear por crear, sin querer ser menos, sin querer ser más, sin querer ser, sino ilusionado en manar sonrisa y llanto, queriendo ser madre que pare hijos nuevos que buscan su sitio sin volver la vista ni regresar.


Reloj de arena

El prado de Proserpina



Ya pasó, 
la arena ya se precipitó
 por el estrecho pasillo
 de los momentos ninguneados;
 posándose en el acogedor asilo del olvido…
 El tiempo se la llevó 
como al agua se la lleva el río, 
como a la luz la madrugada, 
como a la juventud raptan las horas 
inmisericordes sin hacer ruido.

Jaroslaw Datta

Nunca volverán los antiguos sucesos a reverberar,
 rememorarlos, vivir su sueño es una pesadilla; 
pensarlos, mirar su duna recluida
 es vivir en la acogedora y embustera burbuja
 de la fantasía,
 habitar su nido…

Ya pasó, 
no importa cuantas veces recuerdes sus desastres,
 no importan las veces que revivas
 las gloriosas cornisas del pasado, 
porque el pasado ya pasó,
 y tan solo queda el eco de su voz
 en la inmensidad cóncava del universo 
incombustible y plano…

 Busca si lo deseas su halo en tus cerradas heridas 
para abrirlas, 
en la imperceptible huella que te dejara en la piel aquel beso, 
en la vereda del reverso de aquel camino ya hace tiempo intransitable…

Pasó,
 como trascurre por la boca la palabra, 
como la golondrina por su nido pasa 
y la caricia consumada; 
y tal como abandona para siempre su recorrido
 la sangrienta espada.

Siguen su camino los momentos, una vez agotados,
 y lo sigue el aire encaramado en el suspiro...
 Ya no lo busques y sigue tu destino 
pues aspirarlo no es oficio de nobles
 ni construir consigue torre ni castillo.
 
Un punto en el horizonte te reclama, 
tú no lo oyes y no lo ves, 
mas por ti llama y clama… 

Un punto en el horizonte, 
brillante, magnético, 
flama naranja, 
flama amarilla
 que se acerca prendida
 de la virgen luz del nuevo alba. 

La pasarela del cielo

El prado de Proserpina




El nido está vacío 
y la vida dentellea
 inútilmente mi ventana; 
el nido sigue vacío,
 el amor reclama...

 El aliento de la podredumbre ahí fuera 
destroza mis cortinas, 
quiere raptar mi tiempo y mis pensamientos, 
pretende robarme el alma...

Jaroslaw Datta

Los polluelos silencian el aire 
mientras los dragones braman,
 la distancia asesina mi calma 
y el diablo suavecito me habla...

Pero las nubes desfilan silenciosas, luciendo hermosas la pasarela del cielo, tiñendo el día de sueños, la noche tintando de pura alma. No preciso del vil dinero, no necesito un viaje al cielo, no la lujosa calma; necesito yo silencio y soledad, necesito cielo abierto, luz tenue y tus manos que son mis alas.

Los relojes perecen, 
el rimo circadiano se espanta, 
mi mente va por libre 
y sueña cuando quiere, 
y cuando quieres levantan mis pies
 del suelo sus plantas.