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Vino primigenio







Sube a mi lomo pues,
que mi espalda es del sol mismo predilecta,
 y sabes que las aves gustan de vigilar el planeo nuestro, 
que errante se desliza como cálido sueño,
 entre los campos amarillos de espigas
 y el silencio de este pueblo
 que vino primigenio es.

 Ven que te llevo lento 
sobre los tejados de tus ilusiones
 y las cornisas de mis sueños.
 Ven, cariño, que mi pecho hoy late 
 y quiero que aspires suave,
 de los cielos tersos el color añil.



Mario Alba


La aceituna pace sobre mi pecho,
la calma mansa duerme mi alféizar
 y reta intensa un cielo bajo,
 que viene denso de agua y esparto,
 resbalando torpe, de la ignorancia
 el tobogán hostil. 

No han de estorbar tus tormentas, no,
y no han de trabar mis alas 
sobre esta senda de amapolas humildes.
 Guardan sus corolas tumbas de poetas, 
que palomas de sueños escarpados eran,
 y hoy paren rojos intensos como metas, 
sobre la herrumbre de esta navaja vil.

Y sepúltense hoy todos los horizontes,
 justo a la hora del aquel alba de otoño
que aún me hace sentir.

Nadar podremos los valles salados
 que hoy alfombra el agua
 de aquellos ojos cerrados;
  que ya duermen su sueño antiguo
 de amor libre y vedado.

Sobre una cuneta y otra,
 se alistan silenciosas 
y bellas las flores rojas
 y eternas del pasado.

A color de fruta me sabe el aire

La bolsa de letras



A color de fruta me sabe el aire,
me sabe el aire.
A color de luna, de cielo y sangre, 
al aroma del nácar; a cereza y azúcar, 
a sueño de los que se sueñan
 con alas mudas...
Y los naranjos y  las uvas y  las flores blancas,
escancian sus sabores en coplas largas... 



Agnieszka Lorek

Denso se disfruta el aire tras del Otoño,
 como la copa colmada se disfruta 
 del jugo de las nubes deshilachadas y dispares;
y el sabor de los jazmines se paladea al viento,
 y el tacto del primer intento pulula inquieto y torpe sobre el paisaje...

A color de fruta me sabe el aire, 
me sabe el aire.
A color de luna, de cielo y sangre...


El agua limpia




Se mece, se mece  y me mece
 la luna en lo alto del cielo, y su reflejo
 susurra una nana interminable
 en el agua limpia...

Oleaje que se insinúa 
y en la misma cresta se marchita, 
indecisa existencia de ritmo acompasado,
 de latir falto de rima.

Día y noche, noche y día,
 lágrima de amor, rastro mismo de la alegría,
 salada perla de tristeza que a la luz de la luna
se asoma y brilla...

La vida me lo da, y me lo da...
 y la vida misma me lo quita; 
 beso al aire, abrazo al viento
y un te quiero y un lo siento 
hueco y sin despedida.



Agnieszka Lorek

En la boca azahares me llueven, 
frescos y fríos del rocío mismo que da la vida; azahares efímeros que luego sueño,
 en el hueco de su recuerdo
 que huele a Córdoba y a pan recién hecho
 a la entrada de la muralla por la puerta misma
 de la luna mía...

Sucesos y seres, aconteceres que son regalos,
 manos cuajadas de te quieros
 que se clavan hondo muy hondo,
 como mentiras...

Y el temporal soberbio de la vida,
 va y viene y se marchita; va y viene y me regala perlas blancas, rojas y amarillas
 que pronto la arena cubre 
de pesada arena ambarina.

Se mece, se mece
  y me mece la luna
 en lo alto del cielo,
 y su reflejo susurra
 una nana interminable
 sobre el agua limpia...

Amanezcan

La pasarela del cielo


Cuando la sábana del tiempo
 se extiendió ante mis ojos,
 pude ver de las risas y las ausencias,
 las caricias, y de aquellos dulces enojos, 
los rastrojos. 

Biby Ríos



Nadie puede, nadie pueda regresarte,
 tiempo acabado... Nadie quiera siquiera,
pues los sucesos ya terminaron,
 vaticinando un futuro más pequeño y más seguro,
anunciando que tus desastres y tus miedos, 
que tus amores de aire y tus fuegos 
son ahora presa fresca de la memoria
 que es frágil y fugaz deterioro.

Allá perezcas, pasado que me vuelves el rostro,
 allá a lo lejos quede el acento oscuro de tus abalorios, y en la lontananza se pierdan
 los trinos de los pájaros que me enamoraron,
 y permanezcan por siempre
 sobre tu sacrílego cadáver 
las piedras cordobesas que doraron mis ojos.

No hay barca, no hay caronte, 
no volverá a amanecer el día
 que anocheció color de oro; 
pues los recuerdos sólo son
 presa frágil de la carne
 y la carne, presa es de un licaón
 sin rostro.

Mas amanezcan los nuevos horizontes,
 escondidos ahora bajos los hinojos,
 y amanezcan las nuevas albas
 refulgiendo sus colores 
sobre las charcas diáfanas
 de tus ojos.

 Amanezcan las recién nacidas esperanzas
 de este alma tan usada, pues ha de quedar 
bien alzada la cortina de mi casa
 el día que anochezca este rostro.

Todo va bien

Por la baranda del cielo

Todo va bien, los pájaros vuelan en lo alto, los muertos mueren a su hora, los besos caen como gotas de rocío maduro y bien templado...
Nada rompe el devenir de los sucesos tranquilos, no hay ruido que irrumpa ni temblor, ni suspiro que no sea el que el dulzor del sereno relente deja al caer su recuerdo en la tarde.


Agnieszka Lorek


La gente va y viene, 
va y viene la gente y las nubes, 
se mece el aire...

La paz nunca se cansa de abrazar mis brazos, mientras mis brazos inquietos buscan y buscan la caricia del abismo tras del tapiz del arte...

Tanta paz por paladear, 
tan fácil, tan blanca, 
tan si no la quieres ver, 
distante...

Cerca, como los labios del beso,
como la flor de la belleza y la luz de tu mirada.
Tangente, como la sombra de la luz tamizada
 y la expresión de amor de la secante callada. 

Todo va bien, 
los pájaros vuelan en lo alto,
los muertos mueren a su hora
y los besos caen como gotas
de rocío maduro, justo a tu lado.





Andalucía

Por la baranda del cielo




Hay un horizonte amarillo y violeta, azul...
 blanco y rojo y...
Hay un horizonte que 
besa el agua allá a lo lejos, 
sobre el mar recién nacido del sur...

Está el horizonte mutando instante a instante sus colores para que no se los roben ni se los copien los iris sorprendidos de los ángeles. Está el horizonte lamiendo el agua de la mañana, bebiendo una a una las olas apaciguadas que se dejan mansas sorber por las luces del amanecer andaluz, cuando regresa justito a la hora del alba...

Las sombras se despejan y los sueños melancólicos del poeta se hicieron versos perfumados de nácar y alma nueva. Y los besos del cielo sobre la boca del agua entreabierta, se hicieron versos blancos que manaron como brotes del recuerdo de la noche negra y del agua clara. 
El agua marina reverbera y se deja...


Noveland Sayson

Blancos y negros se hicieron saltos imposibles
 sobre los aromas del despertar de la flores yermas
 y los negros y los blancos se hicieron ferias...

Andalucía se despierta sobre las piedras y los hombres esforzados, 
sobre las mujeres que son madres,
 y los hijos que se desperezan...

Andalucía es la bruja que transmuta sus hondos dolores en versos irisados que disfruta y que tensa, ella rasga la cuerda de las almas y baila de los lamentos más profundos sus promesas...

Andalucía es la niña chica 
que cada mañana nace,
 y que nace a cada momento,
llorando su cíclico nacimiento
con lágrimas ya usadas,
 sobre su cuna vieja.

Feria de alba blanca 
eres mi niña, 
y fiesta de flores eres,
 mi cielo...
 a tumba abierta.

Mi candil

El prado de Proserpina




Ken Lee





¿Vivir acaso es no vivir? 

¿Acaso es un continuo fingir,
 una farsa que no tiene fin,
 un espejo roto y sin ti? 

¿Qué haces que no estás?

 ¿Qué, que lees esto
 sin codicia de sonrisas ni remordimiento, 
que quemas uno tras otro tus segundos
 en la ridícula llama de este candil?


El nido

El prado de Proserpina



Un corazón dividido 
impulsa hoy mi sangre,
ora torrente circundante,
o negra laguna de olvido.

Stefan Guesell


Sobre la lontananza va
mi dulce fruto ya huido,
mas ni nos separa el vil ruido
ni su recuerdo partirá.

Ciudades ni mares borrar podrán
de esta gema su talla de amor,
recuerdo, sombra, aroma ni rumor
pirograbados en fragua impar

Partieron lejos los hijos
mas se fundió su eco al hablar
sobre mis sienes que volar 
supieron sobre acertijos. 

Adiós a la marcha y su a mito.
Adiós, al adiós sin más,
que los amores viajar no pueden
lejos del cálido nido,
y que si ciertos fueren
 a alejarse no alcanzan
 jamás.

Los perros

Esse Imaginaria



Del recuerdo, señor, de aquel verde
nace el suspiro de amor y amarillo,
que en la distancia es cálido y sencillo
 tal rostro que de antaño vino a verme.

Aquel prado, ya conmigo por siempre
con sus miles de flores, con su trigo,
sus perros rabiosos en el cortijo,
el padre bueno, y mi miedo imberbe.

En la lejanía, nubes bajas,
 y perros rabiosos que las muerden
bebiendo el dulce agua que de ellas mana.

Aullando tras las espigas altas
perros negros se acercan como gente,
esos perros que en mis sueños duermen.




Idrassi Soufiane


Y duermen agazapados, 
con un ojo abierto y el otro cerrado,
 espiando mis movimientos 
entre las espigas del trigo,
 los perros invisibles y negros
 como grajos... 

Y como gente, 
acechan para traer mi perdición
 con uñas y con dientes.

 Como gente, 
persiguen mis soledades, 
como gente que atisba mis lejanías,
 mis pasados y mis presentes...

 Veloces y negros, 
los insistentes perros 
 galopan agazapados en la franja estrecha
 que hay entre las nubes bajas y negras
 y las margaritas indecisas y contrahechas 
 que asustadas no los detienen. 

¡Corre, corre, 
corre a casa, corre lejos!

Pero el campo verde 
se nubla y es inmenso, 
y los alientos caninos
 ya mojan mis sienes.

Y atrás miro sin respiración, 
ahí están, corren, vuelan,
 pierdo el equilibrio y
ahora se ven tan altos...

Acercan sus muecas delgadas, 
siempre en manadas negras y densas...

Me levanto con la esperanza extinguida
 y erguida los veo llegar 
y cobardes como gente se agazapan
 presas del miedo...

Temen los demonios al cordero,
 ahora temen si los miro, 
temen si los nombro
 y uno por uno
  mastica el depredador
 el miedo manso del cordero...

El libro

Esse Imaginaria



Sobre la mesa, un libro negro y grueso,
en el pensamiento, el recuerdo aquel,
impenitente martillo sin cincel
que a descifrar invita tal que un beso.

Stefan Gesell

Aquel suceso se diluyó al aire
se le clavó en el alma, se le tatuó,
en las manos y en la piel, en la expresión,
dejando sólo aquel libro de nadie...

Si me amas, vida mía, yo volveré.
Si no me amas, no lo dudes, mi vida,
nunca se cruzarán tu alma y la mía
ni leeremos los versos que te entregué.


El amor

Esse Imaginaria

Amor, la palabra que no es palabra...

La más vendida...
la más comprada, 
la más mentida y aunque 
 verdadera o falsa,
incombustible consumada...


Matías Sterner


Amor en el viento hay
 y en el llanto.
 Amor en los ojos 
y en las manos. 
Amor en los burdeles,
 traicionado...
 En las manos de la madre es 
y aún en las del hijo abandonado...

Dios del hombre, 
y del mismo hombre diablo...

Amor perdido, 
amor buscado, 
inventado, mal dibujado,
 y detestado...

Y los poetas... 
los poetas riman besos sin cesar... 

Riman sueños, besan cielos, 
abrazan silencios que rezan letanías 
de amores de mil colores 
sin solución de continuidad,
curtidos de cien sabores
 y sinsabores.

Pero siempre fueron los cariños pequeñitos los más claros, 
mientras que en las cavernas más oscuras reptan húmedos y lentos los amores que enlazan los cuerpos,
 los de todos soñados.

Amor, 
el que se encuentra sin haber buscado, 
que se pierde si perseguido, 
tal colibrí de capricho encaprichado
que cultiva el candor.


Ksenia Muza



 Dulce hiel,
 escasa ambrosía,
 ego entregado
ser del revés.



Esperanza

Esse Imaginaria





Hoy lloras, amiga...

 El manto de la ausencia te arropa impenitente 
y la falta te sobra constantemente,
 escanciando las horas y el aire de tu boca, 
y los recuerdos de risas y lágrimas se encienden,
 apagando muy poco a poco los rescoldos
 de tu corazón penitente.

 Hoy lloras la falta,
 hoy el recuerdo es tu exceso
 y apenas pruebas el presente.


AM Lorek


Ausencias presentes, brazos que no abrazan, manos laxas y frías, que no ausentes...

No temas, niña, porque el dolor es un trago amargo que la garganta al fin trasciende, y se apaga sin quererlo y sin no quererlo; el dolor se apaga imperceptible como la vela y la risa, como el sol cada tarde, como la vida que se retira mansa cuando se acerca la muerte.

El camino de la vida es como una vereda que se hace en presencia de la muerte, lleno de amaneceres y de ocasos, galardonado de lágrimas y de abrazos, de flores que nacen y que perecen.

Camina pues tu camino, mi niña y no te espantes de la muerte, que dulce compañera se torna cuando la estimas y la comprendes, cuando al fin miras a las rimas de sus ojos que aunque asonantes, no mienten.

El daño está hecho 
y la ausencia duele. 
El camino sigue,
 el recuerdo se aviva, 
y el dolor se diluye en el paisaje 
color dorado y verde;

 Y el dolor se pierde,
en el poderoso paisaje de la vida
  que no teme a la muerte,
y que sigue su camino
amamantando un futuro
color dorado y verde.

Con todo mi cariño, para mi apreciada N. C. B. en estos duros momentos.


La pereza

Esse Imaginaria


¿Qué será de los amaneceres 
cuando no pueda verlos...?? 
Sin mis ojos escrutadores y tercos,
 sin mis sueños volátiles
 sobre sus brumas bellas pasajeros...
y sin mis lágrimas que sin límite son, 
los caprichosos crisoles que estorbando
 me devuelven al ras del sueño???

Miho Hirano

¿Acaso ellos me echen de menos, 
tan grandes e imperturbables, 
tan perturbadores y eternos...???

Una mirada más, un sueño menos, 
un despertar al alba que se retrasa, 
un ángel que trasnocha 
 en lo  profundo del plácido suelo...

 Acaso por ni nombre me llame, 
acaso ya no me recuerde, 
haciendo y deshaciendo mil cosquillas 
bajo los brazos abiertos de los horizontes...

No, los amaneceres no tienen memoria, 
sólo nacen y nacen y siguen naciendo,
 sin reparar en los pájaros ni en sus vuelos
 y sin notar el insistente retraso
 de los perezosos dormilones 
que entre sus lisas sábanas
 atrapa el sueño...

El olivo y la fuente

Esse Imaginaria







Esta noche las estrellas se precipitan 
en loca carrera sobre tus aguas,
 mágica fuente de piedra,
 embrujada y encaprichada  
del eco rotundo sobre la yedra.

 Y es la fuente 
a la sombra del olivo centenario 
 que por siempre y siempre vela, 
y que amorosamente reflejado 
sus aguas frescas y verdes
 en la frente besa...

Esta noche el cielo se oscurece y mece 
todas sus luces pequeñitas que se esconden,
 y bajo la seda de las aguas de tranquilos sones,  
entretenidas nadan y bucean como peces.

Y esta noche las estrellas de la fuente
titilando gustan de jugar con las hojas
 y los frutos jugosos que precipitados  
desde el enamorado olivo se presten. 

Noche verde, 
luna ambar,
 agua clara, 
olivo y fuente...





La palabra

Esse Imaginaria



Paseaba la oscura realidad 
los prosaicos pasillos de mi alma,
 lamiendo sus paredes.

 Paseaba la obtusa verdad 
los ciclos finitos de la vida,
 que burlona se asoma 
 al precipicio de la partida 
y la muerte. 

Y paseando fortuitamente y de repente,
 un reflejo casi transparente 
distrajo mi rutina apática y perezosa
 del gris oscuro proceder de mis pensamientos lentos,
 disponiendo lo qué sería si...


Agnieszka lorek

No siendo lo que soy, yo hubiera nacido palabra...
Quizá mejor me hubiera ido si en vez de alma y carne hubiera sido tinta malva, 
una tinta cualquiera tatuada sobre el dócil blanco, 
cualquier sucesión de signos hubiera sido buen destino, 
deseable... 

Paloma, nube, flor, hierba,  
risa, llanto, agua, nada...
 Melodía, beso, riña, incluso queja vana.
 Amor, cansancio, ilusión 
o un sueño cualquiera, pero insobornable...

Hubiera querido ser palabra si la palabra quisiera, 
aunque no me gustaría ser guerra.

No me importaría ser muerte, 
porque a su hora la muerte es tantas veces deseable, 
como el llanto y las lágrimas lo son,
 siempre tan injustamente temidas e indispensables...

Si el destino me dejase,
 quisiera transformarme en palabras
 tal que viento o tarde de verano; 
igual mañana clara o noche cerrada, 
pero nunca nunca querría ser palabra
 cuando la palabra mata.

Quisiera ser como ese azahar
 que nace temprano bajo el cielo azul 
de la primavera, aunque a la tarde
 bien temprano se desvanezca.

Quisiera ser querer, 
quisiera ser sierra, 
quisiera ser quisiera. 

Yo quisiera ser pasado 
pero nunca sería futuro
cuando es futuro olvidado.

Yo quiero ser el aire libre del olivar,  y el viento bajo las alas de un gorrión color gris amable, y quiero ser luna escondida tras la torre vieja.  El vuelo de la capa oscura quiero, o el fugaz recuerdo del anciano que en la comisura del entendimiento se rompe como el cristal. Yo prefiero ser libertad y agua de la fuente, y quiero ser palabra cuando tiene escondida mi pequeñita ilusión y despreocupada vuela. 

Lágrima seca

Esse Imaginaria




Ya no quiero ser nada,
 el futuro se ha acabado, 
consumidos todos los sueños
 en la comisura unos labios;
 en la fría sonrisa de la luna, tan inmensa... 
o en el monocorde tono de su serenata bella.

Agniezsca Lorek


Acaso quiero ser sombra,
 acaso suspiro cansado,
 podría incluso ser pétalo caído 
de alguna flor serena...

 Si algún dios me mirase, 
podría ser ese recuerdo borrado
 sobre una lápida partida y negra, 
en medio del inmenso camposanto 
del olvido y la indiferencia...

Si pudiera elegir, elegiría
 ser viento poderoso 
sobre las caras de los ciegos
 cuando pasean. 

Quisiera ser la sombra lenta
 de un relámpago, 
el recuerdo de un beso 
sobre los labios castos, 
aquel llanto consolado
 o esta lágrima seca.

Ojos leves

Esse Imaginaria




El retrato de una soledad
en tus ojos entornados y  leves se pincela, 
ensimismados, secuestrados, acorazados, 
expuestos al frío y a la intemperie...

 Pocos años, mucho temes, 
tu poca vida, mucho hiere..
No temas, niño, no temas, muerde, 
no temas al miedo ni al fracaso 
que son afilados y duros tus dientes. 


yana shmaylova


Roza el halo de la luna con tus sueños
 suaves y de nieve, 
arrastra el vientre sin miedo
 sobre el suelo empedrado que no te detiene... 

Dura lid, dura la almohada, 
afilados los besos falsos de esas muchas gentes,
 pero no olvides, niño, no olvides
 que el sol sale cada mañana limpiando las pasadas hieles,
 que alumbrando sale el sol los caminos, 
templando las temblorosas pieles.

 No olvides, mi vida, no olvides nunca, 
que es cálido el abrazo del amigo entregado 
y dulce la sonrisa del que te quiere.

No temas al sol ni a la luna, 
no al enemigo sincero ni al amigo falso, 
no temas el dolor, brujo agudo que siempre pasa,
 ni del hipócrita el vil engaño.
 No temas, porque el sol sale cada mañana
 fiel sobre las legiones de insistentes nubes negras, 
y templa tu sonrisa, mi niño, 
templa tu mirada con fuerza, 
y cómete el mundo con tu hambre,
 que tuya es la vida entera.

El adiós

Esse Imaginaria



Agniezska Lorek


Recuerdo aquel beso extraviado, 
aquel que me brindaste y se perdió 
a las afueras de tus labios;
Y breve brotó, y sin bríos, 
 el que pereció entre tus manos 
y la frontera de los labios míos.

Y recuerdo igualmente tu mirada, 
porque mi memoria la cazó vencida, 
recuerdo el brillo de la luna en tus pupilas, 
buscando en el adiós mis pagos... 
Y aún no olvido el caer oblicuo de tus párpados, 
que raptaron por siempre tu presencia 
de la mía.


Ángeles borrachos

Esse Imaginaria




A veces pensar es bueno, a veces pensar es malo. 
Algunas veces se mata con el pensamiento o el sentimiento termina matando, y otras sin querer se hiere por no haber pensado.






Da igual,
 la vida está siempre ahí mirando, 
mientras dura, mientras hiere, 
mientras sueñes que vives
mientras sabes que mueres...

Mientras sueñas, respiras,
 y si olvidas el camino de la luna 
y los aromas de los nardos, 
entonces, desgraciado, 
entonces tu corazón será tan sólo 
 el fabuloso alcázar del llanto.

Sueña, imagina, vuela,
 comete mil cien maravillosas locuras, 
piensa y no pienses...

Desequilibra tu balanza y abraza siempre fuerte contra tu pecho desbocado todos los castillos del aire, los ángeles, los demonios y las nubes vaporosas y endebles que dibujan las hadas y los duendes cuando están borrachos.

La partida

Esse Imaginaria



Hay tantas cosas por hacer
 tantos días por vivir, 
tantas miradas por sostener...

Amaneceres desafiantes los hay,
y anocheceres apostados 
que esperan
 bajo el viento de mis alas,
abrigados.


Benja Art


Una noche y otra noche
me sobrevienen 
sin sus días...
y sobre mis sienes ellas vierten
noches y noches
 que camino 
día a día...
sin miedo y sin cuidado,
sin ninguna vela encendida.

 Y tú, luna negra y esquiva
en la honda sombra de mis pestañas 
te escondes dócil y cautiva,
enredando tu halo misterioso
 a mi mirada tranquila.


 Tantos motivos huidizos, 
tantos llantos motivados,
luces y sombras acunan
sueños dormidos y vanos.

Y este es el tren,
 esta la estación, 
el billete este es,
y tú, mi vida, eres tú...
 mi tentación.

Y se besan el miedo y la caricia,
 el destino y la partida,
 este es, cariño mío 
mi adiós...