Ángeles tardíos...




La proximidad a la muerte nos hace sabios, sencillos y sinceros, como ángeles que toman lo bueno y olvidan todo mal de esa vida ya  extraña..... ya ajena, que saben pasada.....




Me impresiona, y mucho una cosa....no la muerte en si, no el dolor, ni tan siquiera me impresiona el vacío. Acaso sean dos....me impresiona la incertidumbre que se apodera del moribundo, sus ojos que dicen adiós, sintiéndose tan solo..... 






Es como si me mirase a los ojos alguien del otro lado de los barrotes de una celda llamada vida.....ya se va, lo sabe.....él solo hará el viaje, tan solo como siempre y aún más.....
Pero lo que más me encoge el corazón es que entonces es cuando los hombres son grandes, entonces son sencillos y sinceros, entonces se despojan de envidias y de miedos, arrojan lejos odios y rencillas....son amigos del mundo que se desvanece, quieren de corazón el bien de todo ser sobre la tierra....mientras dan su gran adiós con la mano, sin tan siquiera llevarse el pañuelo....






El hombre es grande al nacer, y es un gigante de amor pleno de desdichas, dolores, penas y abandono cuando se va..... tirado en el sudor de una fiebre incontrolable y tomado de la mano, es ahora que sus ojos son grandes como lagos salados, profundos y sin dueño, es ahora que se sienten en los brazos de la paz siempre buscada, es ahora que sus ojos dicen te quiero......
Nunca vi tan clara la luz del hombre hasta que comprendí esto, ya nada importa para el que se va, todo lo pasado es un sueño...la vida entera estuvo dormido y ahora, más sereno puede marcharse, conforme con todo, tranquilo, besando el aire en la boca, robando el último beso.








 Miguel de Unamuno escribió esta poesía cuatro días antes de morir:


Morir soñando, si, mas si se sueña
morir, la muerte es sueño; una ventana
hacia el vacío; no soñar, nirvana;
del tiempo al fin la eternidad se adueña.
Vivir el día de hoy bajo la enseña
del ayer deshaciéndose en mañana;
vivir encadenado a la desgana
¿es acaso vivir? ¿Y esto qué enseña?
¿Soñar la muerte no es matar el sueño?
¿Vivir el sueño no es matar la vida?
¿a qué poner en ello tanto empeño
aprender lo que al punto al fin se olvida
escudriñando el implacable ceño
-cielo desierto-del eterno Dueño?




Todos los desamores están sujetos como la tinta al sello a lo que nos es ajeno, todos los sindioses están estampados en las cosas que no son nuestras, en la competición de la vida.....Despojados de ellas sólo somos ángeles tranquilos, serenos, calmados...sin prisa....ángeles tardíos y sin miedo.