Euríale..

Esse Imaginaria





Levitante y extraño engendro
 que nada entre las hebras de sus sueños, tejiendo laberintos sin clave y sin secretos, hilando con ellas el destino humano oculto entre sus pensamientos.


Euríale se llamaba, 
me dijeron, Euríale, 
la hermana mayor de tres 
y aún así la más joven por siempre,
 la única de entre ellas 
que un día la bondad encontrara. 

Ella y sus hermanas crecieron siempre unidas por su atormentada diferencia e innata responsabilidad con que Forcis y Ceto las habían impregnado al engendrarlas.

En los más intrépidos acantilados jamás tallados por las aguas fieras se excavaba la Cueva de Loizos, frente al azul más intenso y soberbio del embravecido Jónico. Tras sus obtusos y castigados umbrales continuamente castigados por los más iracundos vientos marinos, vieron la luz de sus tres primeras albas las tres niñas empapadas de las aguas ácidas.

Pero mucho antes de su nacimiento ya eran conocidas  en el Orbe entero como Las Gorgonas, terribles criaturas hijas del amor incestuoso de Forcis, aquel desquiciado marinero que siendo aún muy joven se enamoró perdidamente de los más profundos peligros que se hallaran en las entrañas saladas de la mar, que se habían personificado en la más bravía hembra semihumana, su propia hermana Ceto. 
Un marinero enamorado de los peligros marinos, un hombre perdidamente enamorado de su propio mal, amante por siempre del peligro eterno. 

Locura de amor, 
arrojo sin meta ni freno, 
suicidio de amor 
verdadero.

De este amor surgieron ellas, tres hijas, los tres peligros insondables dueños de las diez valentías sobrehumanas y del mayor arrojo en sus venas disuelto. Las tres manaban dos sangres infundibles, la una curaba todos los males de la humanidad, la otra la mataba.

Crecieron en los altos acantilados encerradas, 
tres niñas distintas,
 quizá tres hadas..
Grandes tragedias las esperaban,
 mientras jugaban dulcemente 
con el destino de los hombres 
a las damas.